martes, 30 de julio de 2019

PROBLEMÁTICAS del AGRO ARGENTINO

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  • la explotación de la mano de obra, principalmente de la temporaria o golondrina, sobre todo en la zafra (cosecha de productos subtropicales o tropicales), en la que se contrata mano de obra procedente muchas veces de otras áreas del país, a cambio de salarios muy bajos;

  • La creciente importancia de los ‘pools de siembra’, es decir de empresas que arriendan campos por una o dos cosechas para obtener rápidos ingresos sin importar el manejo sostenible de los recursos; algo similar ocurre muchas veces con los contratos de arrendamiento en los que no se exige la reposición de los recursos (principalmente suelos y aguas) cuando finaliza el período de contrato, lo que conlleva una pérdida continua y reciente de la fertilidad de los suelos.

  • La falta o escasez de obras de infraestructura como caminos, vías férreas y su posterior mantenimiento;

  • El sobrepastoreo y sobrepisoteo del ganado por la sobrecarga animal, que originan la compactación de los suelos, favoreciendo los procesos de inundación y pérdida de fertilidad; tal como ocurre en la Patagonia extrandina, por lo que se generó un irreversible proceso de desertificación de los suelos;

  • Los deficientes mecanismos de acceso a créditos entre los pequeños y medianos productores agrarios y la escasez de políticas oficiales en el acceso a tecnologías (maquinaria, conocimientos);

  • Las restricciones de los mercados internacionales por políticas proteccionistas y la depresión de los precios internacionales de muchas materias primas, lo que se suma a veces al aumento de los precios internacionales de los paquetes tecnológicos;

  • el endeudamiento de los productores pequeños y medianos con el fin de incorporar el paquete tecnológico, es decir, las maquinarias, las semillas mejoradas y otros avances ligados a la biotecnología, los fertilizantes químicos, los herbicidas selectivos e incluso, los sistemas de riego;

  • La dependencia tecnológica respecto de las empresas transnacionales y estados productores de dicho paquete tecnológico que vuelven muy difícil, costoso y riesgoso el cambio productivo por lo que se genera la mencionada dependencia;

  • Las sequías e inundaciones recurrentes en  y la ausencia o precariedad de sistemas de riego;

  • La salinización de los suelos en áreas predominantemente áridas y semiáridas donde se practica agricultura de riego (en oasis)
  • La incorporación de tecnologías (como las cosechadoras) que reemplazan al trabajo humano, que debe migrar hacia las zonas marginales de las áreas urbanas; a este proceso se lo denomina ‘éxodo rural’;
  • El sistema de doble cultivo sin barbecho, es decir producir dos cultivos de manera continuada (puede ser trigo sobre soja, soja sobre soja, etcétera), que impide el descanso de los suelos, a los que se debe agregar cada vez más productos químicos con el fin de reemplazar dicha ausencia de barbecho. Además, este doble cultivo suele practicarse sin rotación entre ciclos agrícolas (reemplazo de un cultivo por otro con características diferentes) y sin rotación con ganadería, que aporte fertilidad con sus deyecciones;

  • la práctica sistemática de uno o dos cultivos con altos precios en el mercado internacional, como el caso de la soja en gran parte del territorio argentino, que lleva a una pérdida de nutrientes en el suelo, los que se deben reponer mediante químicos;

  • el proceso erosivo, tanto por las aguas como por el viento, debido a prácticas inadecuadas, las labranzas profundas, el desmonte; tanto la voladura de los suelos por acción del viento como su lavado por la acción de las aguas traen aparejada una importante pérdida de la capa fértil del suelo, es decir de su horizonte superficial;

  • La contaminación de suelos y cuerpos de agua por la enorme incorporación de fertilizantes y herbicidas químicos;
  • La pérdida o al menos el reemplazo de la diversidad biológica de los ecosistemas originales; este proceso recibe el nombre de “corrimiento de la frontera agropecuaria” que consiste en avanzar sobre ecosistemas originales, en general, bosques y selvas nativos en el área extrapampeana y pastizales en el área pampeana, para implantar en el lugar cultivos o ganado, con el consiguiente deterioro o empobrecimiento del ecosistema;
  • La ausencia de políticas estatales en relación con la concentración de tierras agrarias, que deriva en manejos oligopólicos de la producción; además, nuestro país no cuenta con legislación adecuada para evitar la extranjerización de tierras, por lo que en grandes extensiones del territorio nacional, capitales extranjeros han comprado tierras a precios internacionales muy bajos debido a la depreciación de nuestra moneda;


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